Se acerca el fin de semana, todos los aficionados al fútbol esperan numerosos partidos alrededor del mundo para ver jugar a distintas figuras locales y globales. De repente, aparecen los comentaristas estrella y no precisamente para narrar los partidos a través de sus redes sociales, no, hay narradores habituales que nos cuentan las consecuencias sociales y políticas de nuestra afición al fútbol; según ellos, estamos cegados por este amor incondicional al fut y como si de una hechicería medieval se tratase, nos hace olvidar todos los males que aquejan a nuestra sociedad hoy en día.
Pero no he escrito esta entrada para negarlo, los que estamos al día dentro del fútbol sabemos que es utilizado en la actualidad para fines mediáticos y ablandar golpes políticos que en otros momentos quizá causarían más ruido. Cada vez que hacen un comentario sobre lo dañino y estupidizante que es ver fútbol me pregunto "¿Cuántos partidos habrá visto para quedar tan mal?", quizá algunas personas con sólo ver un partido de fútbol quedan dañadas de por vida. Manera tan tonta de generalizar.
En lo personal, me siento afortunado de pisar muchas gradas del fútbol en el país. Mi viaje comenzó desde muy pequeño al visitar con frecuencia el estadio de Ciudad Universitaria al sur de la Ciudad de México, el único estadio del mundo que es Patrimonio Cultural de la Humanidad. He visitado muchos otros estadios del país, también desde pequeño, donde nunca escuché comentarios sobre el daño tan peligroso que era ver el fútbol. Según los comentarios, las personas que ven con frecuencia fútbol se desinteresan por los problemas sociales y políticos de México, su afición al deporte más hermoso del mundo es la causante de que los políticos de este país utilicen este deporte como distractor para evitar confrontaciones sociales en temas clave del país.
Me enteré de lo dañino del fútbol hasta que estuve en las Redes Sociales y al ver cómo la gente compartía y compartía imágenes que hablaban sobre todas las desventajas de un pueblo que vive fútbol. En dichas imágenes también dicen que el fútbol te hace estúpido, claro, este deporte es tan lindo y apasionante que nos lleva a un trance donde los ojos se nos ponen en blanco, sufrimos de un ataque epiléptico y cuando despertamos, en automático nuestro IQ baja de manera asombrosa.
Y es que desde hace miles de años, las diferentes estructuras culturales alrededor del mundo han utilizado los espectáculos como un distractor para amortiguar los golpes que el Estado se encarga de dar a la sociedad desde aquellos tiempos, lo cual en nuestra época no es ajena a ello. El fútbol, al ser el deporte con más afición en nuestro país, es utilizado como excusa por todos los activistas de sofá o pacifistas, para culparlo de sus fracasos. Durante los años de su "lucha" lo más que han logrado son marchas mal organizadas; su pelea se basa en darle besitos a los policías y regalar flores como si de un día de campo se tratara. Ese ha sido su error, pero claro, es mas fácil culpar al fútbol.
Utilizando su deducción (no muy asombrosa, por cierto), también deberíamos culpar a los conciertos (sí les voy a pegar donde más les duele) porque se trata de un espectáculo que genera incluso más dinero que el fútbol, donde también están metidas las empresas que manejan (lamentablemente) nuestro balompié. Y sí, me refiero a sus Corona Capital, a sus Vive Latino y a todos los festivales de música alternativa, electrónica, rock y a conciertos individuales en los numerosos foros disponibles en todo el país.
Si el fútbol es el culpable de todos nuestros males, los conciertos masivos son culpables de que todos ignoren lo que le pasa a este país. ¿Cuándo han visto alguna exigencia que provenga del público dirigida a los poderosos (quienes patrocinan el masivo)? ¿Cuándo se ha detenido un recital como protesta en contra del sistema? Nunca. ¿La gente que asiste a los conciertos sabrá del poder que tienen si se organizan? No. ¿La gente en los conciertos sabe que si todos unen su voz serían escuchados aún sin micrófono? No. Y si lo saben y no lo hacen ¿quién realmente se ha convertido en lo estúpido que dicen provoca el fútbol?
En todos los años que llevo asistiendo a los estadios de fútbol he tenido muchas experiencias, pero hay algo de lo que nadie habla y que me ha tocado vivir: las pláticas políticas antes y después de los juegos. Quizá sea un caso especial y sólo suceda en la grada de Pumas (hablo de lo que me ha tocado), donde innumerables expresiones han surgido de lo colectivo. En el 2000 me tocó ver muchas mantas en contra de la represión hacia los estudiantes para resolver los problemas en la huelga estudiantil, denunciando la presencia de militares vestidos de civil durante los partidos de fútbol. Porque el gobierno sabe de la presencia política en Ciudad Universitaria, aunque se trate de un deporte que idiotiza (según). También he visto protestas en CU como desnudos (sí, al estilo de sus ídolas pussy riot, pero aquí no le hicieron ruido), mantas contra fraudes electorales, mantas anarquistas y comunistas igual sobre los comicios, gritos contra el mal manejo en el club.
Algo muy curioso y que pocos saben, es que al Estadio Olímpico Universitario la gente de Televisa entra disfrazada (sin uniforme) y sus vehículos que utilizan para la transmisión no tienen ningún logotipo de la empresa, debido a que la gente de Pumas ha destrozado sus unidades móviles por todo el daño que le han hecho al país, pero eso no lo hicimos la semana pasada, ni hace 4 años, se hace desde 1999 después que la televisora apoyara el golpe militar en la huelga universitaria, cuando muchos de los que hoy comentan que el fútbol idiotiza andaban en pañales y su mayor protesta hoy en día es aventar un puñado de rosas al aire.
Me atrevo a decir que en las gradas del Olímpico Universitario he visto más hostigamiento político que en cualquier marcha a la que haya ido. Y es comprensible, ya que en alguna de las porras del club se encuentran establecidos en gran número las Juventudes Comunistas de México, pero también existen grupos antifascistas, anarquistas, anticapitalistas, liberales y muchos grupos políticos que hoy en día están clasificados como incómodos para el Estado. No porque me lo hayan dicho, sino porque son amigos que conozco en la grada desde hace 14 años y los veo con frecuencia, tanto en partidos de fútbol, como en marchas y en la vida cotidiana.
Esto me animó para escribir al respecto; la gente que generalmente habla sobre lo que está mal en el fútbol, no tiene ni tantita idea de lo que realmente sucede en ese entorno, juzgan al fut por lo que ellos mismos ven durante 90' (Sí, esos activistas ven fútbol por la T.V.). Este juego no es lo que te dicen en el resumen de la jornada, se trata de un mundo de ideologías que interactúan en un mismo lugar. Las pláticas que se dan en la cancha no sólo son sobre deporte, también se habla mucho de política, de lo podrida que está la sociedad, de la esclavitud moderna, de los títeres empresariales, de lo podrido del fútbol moderno.
Sí, lo que ustedes critican es precisamente lo que los dueños del fútbol quieren que critiquen, a ellos les encanta que vean lo que quieren que veas, esa es la verdadera distracción, ponernos en contra de nosotros mismos y que nos echemos la bolita sobre la culpabilidad de que ellos hagan lo que se les pegue la gana. El espectáculo en general es un distractor social, tanto conciertos como toda clase de deportes de alto rendimiento; pero los argentinos nos enseñaron que las gradas de cualquier tipo de espectáculo pueden ser utilizadas como lienzos para expresar a UNA VOZ la inconformidad con el sistema actual mediante el canto. El problema no es quien asiste a ver un partido o a un concierto, el problema es quedarse callado y pensar que esto ya no tiene solución.
En las gradas de fútbol se actúa, no se queda sentado en un sillón esperando que alguien diseñe una imagen revolucionaria para compartirla. Lo malo del fútbol es verlo por T.V.
Gracias al fútbol he viajado por México y he tenido la oportunidad de ver las condiciones precarias en las que se encuentran varios lugares recónditos de la República. El fútbol me abrió los ojos a la realidad en la que se encuentra la mayoría de la población en México y todo... por seguir a Pumas.
Por último, si no fuera porque el fútbol apendeja a la población en México ya estaríamos con fusil en mano y armando barricadas por las calles de la ciudad ¿verdad? ¡¿VERDAD?! Yo veo fútbol y pude escribir esto.
Y si siguen pensando que en el fútbol se es ajeno a la realidad colectiva, chequen esta nota: http://www.proceso.com.mx/?p=320970
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