Muy común es en estos días emitir un juicio sobre cualquier cosa con la misma rapidez con la que se dio a conocer, que bien podría ser considerado como juicio precoz. Algunos juicios precoces pueden dar en el clavo y tener la razón, pero con mayor ruido porque es cuando los jueces hacen alarde de ello y se olvidan de los cientos de errores anteriores. O por lo menos eso es lo que piensan. Al juez precoz poco le interesan los detalles, descalifica o aprueba la situación instantáneamente. Con toda seguridad confía en lo poco que conoce sobre el tema: piensa estar al tanto de todos los detalles y dice saber todo lo que se publica al respecto. Ni siquiera le pasa por la mente que existe información sin publicar; pero que está ahí afuera, hecha por alguien que nunca en su vida conocerá ni lo verá salir en la televisión.
Así fue el surgimiento del cadáver exquisito: desconocido. Una definición que ahora comienza a tomar fuerza y a conocerse dentro del medio cultural de nuestro país, pero que incluso artistas desconocían que era lo que hacían involuntariamente. Para hacer un cadáver exquisito no se necesita ser un artista reconocido en el mundo o en el barrio, no se necesita ser experto en el arte del dibujo o de las letras. Vamos, ni siquiera se necesita saber la definición de 'cadáver exquisito' para hacerlo. Aunque muchos aseguran que fue inventado por los surrealistas, la verdad es que el hombre prehistórico ya lo elaboraba hasta en sus propias herramientas de caza.
He traído este par de temas (juicios precoces y cadáver exquisito) por los hechos recientes sobre un graffitero asesinado en el estado de Puebla, lo cual me parece una muy triste noticia y además con mucho coraje por las circunstancias en las que se dieron. Muchos comentarios al respecto son ofensivos para la evolución humana. Y me refiero a los agentes de la moralidad, quienes aseguran que el policía ha hecho bien en eliminar a quien rayoneaba la pared, la que tanto trabajo le ha costado levantar. Juicio precoz.
En este punto, debo asegurar que no tengo una postura a favor o en contra de quienes no entienden el graff. Entiendo su molestia, pero no la comparto. Se que les ha costado mucho esfuerzo y tiempo invertido, para lograr construir la pared. Entiendo que hayas pasado por años de aguantar la misma cara de tu jefe/cliente para conseguir recursos económicos y construirla. Pero, en primer lugar no deberías de haber pasado por todo eso para tener tu propia pared; y en segunda, la propiedad privada ni siquiera tiene razón de ser.
¿Qué pasaría si en lugar de un joven poblano, hubiera sido un artista que sale constantemente en la televisión el que pintarrajeara la pared? ¿El policía hubiera disparado? Peor aún, ¿la gente aprobaría el rayón? ¿Condenarían el asesinato con mayor fuerza? ¿Habría millones de personas en la calle protestando por su muerte? Entonces lo que está en la mesa no se trata del rayón, sino de quién lo hizo. Lo que hace más grave y errado el juicio precoz. ¿Sólo por no tener fama y éxito según los estándares sociales imperantes, está mal lo que hizo el chavo? Aquí entra en juego el cadáver exquisito.
El malestar y el beneplácito social, han sido expresados en una interminable lista de maneras. Cuando la gente estaba harta de la situación que los gobernaba, buscaban un cambio y se sentían obligados a expresar sus inquietudes. Se carecían de espacios para ello. Una de las formas más buscadas para expresarse, han sido las paredes. No para ser marcadas como territorio, ni para el ego del "yo soy aquél". Utilizadas para darle voz a una sociedad. La misma velocidad hace que el simbolismo no sea llamativo para la mayoría de las personas. El apodo escrito puede ser un llamado a conocer al personaje. Puedo dejar mi simple apodo en la pared, pero en realidad te estoy invitando a conocernos e integrarnos como sociedad en una sola voz, un solo objetivo. Los simbolismos juegan un papel importante. Incluso grupos sociales utilizan estas pintadas para reclutar soldados.
Los gobiernos actuales del mundo, hacen creer a la gente que apoyan el arte del graffiti. Dan espacios para que hagan murales, pero bajo un tema en específico, que no contenga cierto contenido y que cumpla con una serie de parámetros que logran censurar la esencia del mismo graff: la libertad de creación. Para nuestra suerte, existen colectivos que sí dan esos espacios. Muchos no relacionan la firma del graff (o garabatos, como ellos dicen) con los murales contemporáneos, ni con el dibujo, ni con ningún otro tipo de arte. Bueno, hay gente que no lo considera arte. Pero ¿qué creen? Una de las características del arte, es la firma. Curioso. Otra curiosidad es que ellos, los que firman, han generado miles de paredes con un cadáver exquisito y sin saberlo.
Claro que no es estético, ni parece arte convencional. Aquí entramos en la dificultad de definir al arte. Muchos afirman que el arte no es definible, otros aseguran que el arte debe cumplir ciertos parámetros. Y pensar que hay gente que se dedica a definir al arte, debe tener mucha confusión. Nosotros los románticos, decimos que el arte es todo lo que se hace para expresar cualquier sentimiento o pensamiento y que con base a eso genera alguna reacción, positiva o negativa. Aplicado, los rayones de su pared son arte porque le han generado una reacción negativa. Además, su pared tiene un cadáver exquisito en proceso. Por más que lo borre nunca va a terminar, porque ya ha comenzado hace millones de años (la misma naturaleza es un cadáver exquisito) y va acompañando a nuestra especie a través de las generaciones.
Lo grave, es perseguir a personas por invitar a conocer el colectivo. Es una persecución a la organización. Lo grave, es matar por expresarse o aprobarlo. Estamos atrapados en la evolución. Los problemas de raíz resultan ser los mismos, pero volteamos para otro lado.
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